Real Time Analytics Aún Nos Falta La Posdata

domingo, 4 de enero de 2015

Saber volar solo

tanto, intentar saber volar solos.
¿En qué mundo vivimos?
Es bastante infausto a la par de desolador ,tener que darse cuenta de la cantidad de personas que nos han arrebatado  la confianza en cualquier ser, llevándonos ,en ocasiones, a dudar de todo, a crearnos inseguridades sobre nosotros mismos, e incluso hasta a pensar si somos lo suficientemente buenos para ellos.
Nos empeñamos en  buscar a alguien que mas o menos tarde ,acabamos encontrando, con el tiempo aprendemos a confiar en él . Pero al final esa confianza acaba expirando, si nos paramos a pensar en la cantidad de traiciones que se dan cada día, posiblemente nadie nos arriesgáramos a comenzar algo donde ya sabemos que el dolor, y la irrecuperable confianza en la persona estan asegurados.
Son muchos los que a ojos cerrados creen vivir en un mundo idílico, donde viven su cuento de hadas, pero solo son unos pocos los que de verdad , pero de verdad , pueden afirmar rotundamente que su relación sí esta basada en valores, y asentada en unos pilares  que ni el mismísimo tsunami  de Tailandia seria capaz de arrasar.
Confiemos pues en algún día formar parte de este grupo de privilegiados, y mientras tanto, intentar saber volar solos.

Triste Realidad


Pasan los meses y por más que intento ser fuerte y sacarte de mi vida no hay forma.
Un día tú y tu egoísmo determinasteis que todo había concluido , porque cuando las cosas se vuelven difíciles, lo mejor es huir en lugar de luchar por aquello que supuestamente debería merecer la pena, triste realidad. 
Que tú tuvieras el privilegio de decidir el rumbo de tu vida supuso como consecuencia que  se quebrantara la mía. 
Que me dejé la misma piel en conseguir erigir ese nosotros que tú en un solo mensaje arrasaste, provocando con ello no solo una triste agonía que aun no he sido capaz de afrontar, también una pérdida de confianza en cualquier ser humano por mucho afecto que le guarde.
Podría decir que después de tal desengaño no volví a saber de ti, que no he vuelto a incidir en la tentación de caer en tus brazos cada vez que tú lo has anhelado, que no he sido tan estupidamente ridícula como para acabar con la poca autoestima que tenía, pero evidentemente mentiría.
Y lo peor de todo, no me arrepiento, que mientras mi cabeza me grita que ni una sola vez más, mi corazón ansía la siguiente.